El crecimiento exponencial del pádel en Europa y su expansión en países árabes, Australia o Japón nos obliga a poner en conocimiento y trata una cuestión de la que nunca se habla: ¿cómo nos afecta este crecimiento a quienes nos dedicamos profesionalmente a la enseñanza del pádel?
En primer lugar, es importante recordar que para convertirse en monitor/a de pádel, hoy en día, España posee el programa de formación más organizado del mundo, siendo avalado por el CSD (Consejo Superior de Deporte), perteneciente al Ministerio de Educación y Deporte.
Pionera en el terreno, Argentina cuenta con cursos avalados por la APA (Asociación de Pádel Argentino) aunque, en este caso, se trata de cursos impartidos por distintos profesionales que enseñan su propio método de entrenamiento, a diferencia del programa común y oficial que se sigue en España.
Esto favorece que las personas formadas en España o en Argentina sean consideradas como la primera alternativa profesional para contratar en los países donde el pádel empieza a desarrollarse.
Es por ello, y debido a las ofertas que nuestro colectivo está recibiendo, que queremos poner en evidencia situaciones como la siguiente:
Hace dos años, en junio de 2020, recibíamos una interesante oferta desde Dubái que ofrecía 5.000 euros al mes por un trabajo de 8 horas diarias y un día de descanso, además de alojamiento y transporte. Sin embargo, hace tan sólo unas semanas recibimos nuevas ofertas de los Emiratos Árabes con las mismas condiciones anteriores, pero con 9 horas de trabajo diarias, por un salario reducido a 2500 euros.
Creemos que esto se debe, en parte, al intrusismo que existe en esta profesión, así como a la existencia de personas candidatas que aceptan trabajar en esas condiciones.
Consideramos necesario denunciar y poner en evidencia lo importante que es cuidar de nuestro trabajo y queremos señalar que esta situación es desleal para quienes nos formamos a costa de sacrificios personales y económicos para pagar una formación no siempre accesible.
Por eso presentamos una tabla de salario mínimo para que profesionales del sector tengan en cuenta que si aceptan ofertas menores a esos precios están perjudicando no sólo sus propias posibilidades sino las del resto del colectivo. Reivindicamos un fair play también fuera de las pistas.
Es por ello que nació ANTEP (Asociación Nacional de Técnicos de Pádel), ya que, entre otros objetivos, nos propusimos sentar las bases mínimas de un salario que no dependa de un convenio colectivo inespecífico, que nos incluye en el mismo grupo que a monitores de piscina, poco acorde con nuestra carga de trabajo.
Desde agosto de 2017 llevamos trabajando para sumar profesionales y gestionar acuerdos que mejoren nuestro trabajo en pista y consideramos que ha llegado el momento de abordar este tema.
Igualmente, pedimos a las federaciones autonómicas españolas, a quienes pagamos doblemente por nuestras licencias (de entrenadores y jugadores) compromiso para que se atienda nuestra reivindicación.